« ... una persona tiene que estar completamente desesperada una vez en su vida y, entonces, sabe a qué cosas de sí misma no puede renunciar. Si no, llegará a la madurez sin saber qué es realmente lo importante. Yo he tenido suerte, ¿no crees? —dijo ella. El cabello que caía sobre su hombro ondeaba—. Hay muchas cosas que..., creo que hay cosas tan desagradables que parecen estar podridas. Hay cosas tan duras que dan ganas de apartar la vista. Ni siquiera el amor puede salvarte del todo.»