y un colibrí sigue
con su faena
espacio irreverente,
desorganizado e indisciplinado
para perder el estrés...
En construcción, disculpe las molestias.
Mientras, tome usted media taza de café.
El discípulo se quejaba constantemente a su maestro:
«No haces más que ocultarme
el secreto último del Zen».
Y se resistía a creer sus negativas.
Un día, el Maestro lo llevó a pasear por el monte.
Mientras andaban, oyeron cantar a un pájaro.
«¿Has oído el canto de ese pájaro?»,
le preguntó el Maestro.
«Sí», respondió el discípulo.
«Bien; ahora ya sabes que
no te he estado ocultando nada».
«Sí», asintió el discípulo.
«¡Oh, prodigio maravilloso:
Puedo cortar madera
y sacar agua del pozo!»,
exclamó el Maestro de Zen cuando alcanzó la iluminación
Lo he comprendido al fin:
oigo un canto: veo una flor:
¡oh, que jamás se marchiten!
Netzahualcóyotl
Rey Texcocano, Siglo XV
4 comentarios:
Alguien escribió en alguna parte, no recuerdo en dónde, que los colibríes representan la alegría. Ojalá que su faena consista alegrar los corazones, a pesar de la lluvia.
Te quedó lindo. Salu2.
yo sospecho que están (porque son dos los que vienen al jardín) muy atareados criando a sus polluelos... y los pobres no han de poder acarrear mucho néctar en su buchecito tan pequeño (aunque los pollos no deben ser muy grandes)... ¿cúantas vueltas tendrán que dar?
Me encantó este Haiku, a pesar de todo siempre debemos hacer y ser lo que somos
No hay nada que detenga a los colibris y menos una lluvia ligera.
Saludos
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