« Las personas creen que hay muchos caminos y que pueden elegir
el suyo libremente. Quizá fuese más acertado decir que sueñan con el momento de
elegirlo. Yo también pensaba así. Pero en aquel instante pude comprenderlo.
Lo supe, y tomó forma de palabras: "El camino está siempre marcado, pero no en
un sentido fatalista. Cada instante, con la respiración, con la mirada, y con
los días que se repiten, uno tras otro, se va decidiendo espontáneamente". Y,
dependerá de cada uno, pero, yo, al darme cuenta de esto, no podía hacer otra
cosa que quedarme tal como estaba, tendida boca arriba mirando el cielo de la
noche. »
Yoshimoto, Banana: Kitchen,,
México, Maxi Tusquets editores, 1988, p.
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