A todos ellos les preguntaba: "si naufragaras en una isla desierta, y sólo pudieras conservar uno, ¿cuál sería EL LIBRO que escogerías?"
Y destrozaba con críticas feroces las obras elegidas, señalando todos y cada uno de sus errores y deméritos.
Los discípulos quedaban deslumbrados por la sabiduría del maestro.
"Yo llevaría un cuaderno para escribir", dijo el novato y se alejó.
3 comentarios:
De lo bien que le sienta al maestro la palabra sabihonodo y lo bien que le sentará la palabra sabio al novato. No hay mejor libro que aquel que no esta escrito y que se ofrece a nuestra pluma.
Saludos
no puedo hacer otro comentario al que hizo Almita, suscribo plenamente, un placer entrar a este blog, manso y tranquilo.
Qué gran sabiduría... Un cuaderno sería una real compañía y un testigo.
Te dejo un beso
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