De "El canto del pájaro", Anthony de Mello

El discípulo se quejaba constantemente a su maestro:

«No haces más que ocultarme

el secreto último del Zen».

Y se resistía a creer sus negativas.

Un día, el Maestro lo llevó a pasear por el monte.
Mientras andaban, oyeron cantar a un pájaro.


«¿Has oído el canto de ese pájaro?»,
le preguntó el Maestro.

«Sí», respondió el discípulo.
«Bien; ahora ya sabes que
no te he estado ocultando nada».

«Sí», asintió el discípulo.

miércoles, 10 de febrero de 2010

gozo

qué mejor suerte
que reencarnar en nutria
sin gente cerca

4 comentarios:

Betty dijo...

si eso es fundamental, sin gente cerca que pueda sucumbir a la tentación de hacerse una tapadito

Karla dijo...

jajajaj bella la foto... yo quisiera reencarnar en colibrí.

Besos

Taller Literario Kapasulino dijo...

Cuanta verdad en esta frase... la imagen preciosa

misticaluz dijo...

Hola!!

Después de casi dos meses de ausencia por motivos laborales y con el tiempo justito de postear minimamente, ahora ya con dedicación y tiempo, paso a saludarte y ver actualizaciones.

Siempre es un placer pasara visitarte.

Con mis mejores deseos de armonía interior, te dejo un relajante y cálido abrazo para tu ser.

Beatriz