De "El canto del pájaro", Anthony de Mello

El discípulo se quejaba constantemente a su maestro:

«No haces más que ocultarme

el secreto último del Zen».

Y se resistía a creer sus negativas.

Un día, el Maestro lo llevó a pasear por el monte.
Mientras andaban, oyeron cantar a un pájaro.


«¿Has oído el canto de ese pájaro?»,
le preguntó el Maestro.

«Sí», respondió el discípulo.
«Bien; ahora ya sabes que
no te he estado ocultando nada».

«Sí», asintió el discípulo.

martes, 20 de diciembre de 2022

La línea fronteriza, D. H. Lawrence

« Ella le miró al rostro; parecía mucho más oscuro, y más oscuramente colorado, de lo que ella conocía. Era un extraño; y sin embargo era él, no otro. Él no dijo nada en absoluto. Pero también eso encajaba. Tenía los labios cerrados, sus ojos alertas parecían invariados, y había a su alrededor una sombra de silencio, impenetrable pero no frío, sino más bien distante y tranquilo, como el silencio que envuelve a un animal salvaje.
    Ella sabía que estaba andando con su espíritu. Pero ni siguiera esto la turbó. Parecía natural. [...] »

LAWRENCE, D. H.: "La línea fronteriza" en Historias de lo oculto.
Barcelona, Fontamara, 1980, p. 25.


sábado, 17 de diciembre de 2022

D. H. Lawrence

 

«[...] Cuando los hombres quieren ser sobrenaturales, podemos estar seguros de que algo macha mal en sus asuntos naturales... Y, sin embargo, el alma tiene sus propias y profundas sutilezas de conocimiento, Y la sangre tiene su extraña conciencia.»
D. H. Lawrence


sábado, 3 de diciembre de 2022

El valle del gusano, Robert E. Howard

«El monstruoso morador de la oscuridad había salido del templo y yo, que había esperado un horror que, con todo, estuviera contenido en algún molde terrestre, contemplé un engendro de pesadilla. [...] no era un animal, tal y como la humanidad los conoce. Lo llamaré gusano a falta de término mejor. No hay ningún lenguaje terrestre que tenga un nombre para él.»


HOWARD, Robert E. "El valle del gusano"
en Robert E. Howard El valle del gusano.
México, 1983. Martínez Roca (fantasy 9), p. 88.

miércoles, 16 de noviembre de 2022

Epílogo a "Jinetes de la antorcha", James Frenkel

 « [...] Esta posibilidad de descubrir lo desconocido, lo nuevo, lo distinto, ha sido siempre marca distintiva del espíritu humano. Explorar, soñar, buscar el reto de lo desconocido... Esto es lo que mantiene frescos nuestros punto de vista y nos da esperanza para el futuro. La sensación de maravilla ante las cosas ignotas, junto con los potenciales ignorados que llevamos en nuestro interior, son uno de los mayores legados de la herencia humana y uno de los mayores atractivos de la ciencia ficción.»


FRENKEL, James, "Epílogo"
en Spinrad, Norman: Jinetes de la antorcha.
Barcelona, Ediciones B (ciencia ficción 20). 1987, p. 141.



jueves, 3 de noviembre de 2022

"Jinetes de la antorcha", Norman Spinrad

« [...] Eso era el vacío. Eso era el universo. Eso era la realidad fundamental. Esa era la realidad de la que los hombres huían para buscar refugio en la religión, en sus sueños, en el arte, en la poesía, en la filosofía, en la metafísica, en la literatura, en las películas, en la música, en la guerra, en el amor, en el odio, en la paranoia, [...] En la infinita variedad de realidades interiores.»

SPINRAD, Norman: Jinetes de la antorcha.
Ediciones B (Libro amigo 20), Barcelona.
1987, p. 82.

viernes, 14 de octubre de 2022

"Tres soldados", John Dos Passos

 «[...] se sentaron a una mesa situada junto a la ventana, desde donde podían contemplar las gotas de lluvia que danzaban sobre las mesas de hierro pintadas de verde. Por la puerta abierta llegaba hasta ellos un aroma a tierra  mojada y a hojarasca. Un camarero cerró las vidrieras y echó el cerrojo.
--Pretende que la primavera no invada todo esto, pero no lo conseguirá --dijo Andrews.
Se miraron y sonrieron por encima de sus tazas de café. La antigua corriente de simpatía quedó restablecida entre ambos. »

Dos Passos, John: Tres soldados.
Barcelona, 1979 [1921].
Bruguera (Libro amigo 502), p. p 389-390. 

sábado, 3 de septiembre de 2022

Sin libar néctar
se va de la flor falsa
la mariposa.




domingo, 21 de agosto de 2022

Aromas tenues
La vasija de barro
recién lavada.

domingo, 19 de junio de 2022

Trueno tras trueno.
El perro asustado tiembla
entre mis piernas.

viernes, 27 de mayo de 2022

Luz de la tarde.
Brilla el respaldo
de la mecedora.

miércoles, 25 de mayo de 2022

Jarra de agua.
Secando sus curvas
con lienzo suave.

martes, 3 de mayo de 2022

La patoaventura de hoy...

Hoy en la mañana comencé haciendo mi obra buena del día (que me costó un poco de trabajo).

Resulta que al abrir la ventana de la recámara voy viendo un murciélago enredado en la consertina (algo así como un alambre de púas, pero en vez de picos tiene navajas), y para colmo de males para el animalito, quedó en el mero sol.
Así que rompí mi rutina de las mañanas y bajé al patio para desenredarlo, cosa algo difícil porque me la pasé más de media hora haciendo equilibrio en la escalera como a tres metros del suelo, mientras batallaba entre las navajas de la concertina tratando de liberarle el ala que quedó ensartada en el alambre. Y pues los guantes de carnaza como que no ayudaban para tarea tan delicada, pero me imaginé que al bichito no le iba a hacer gracia que lo estuviera manipulando, y en efecto, trató varias veces de morderme.
Total, después de varias gotas de sangre de su ala (y de mi brazo que se apoyó donde no debía), lo pude liberar y se fue volando, al parecer no se le dañó mucho el ala.
Y ya.
P.d. si me vuelvo vampirito y los visito una noche de éstas, ya saben la razón, je. ah, y no, no hubo fotos, a pesar de que el animal se las merecía (tenía muy bonito color), creo que no podría manejar el celular con los guantes puestos...

martes, 29 de marzo de 2022

La biblioteca de los libros rechazados (2) David Foenkinos

«Delphine lo tranquilizaba, a veces con palabras y a veces con su cuerpo. Se vestía como quería él para que la desnudase como quería ella. Su mutuo deseo no precisaba artificios para no perder intensidad; y el amor física seguía siendo su forma más fácil de conversar.»

Foenkinos, David: La biblioteca de los libros rechazados.
México, Alfaguara (Novela internacional).
2017, p. 85. 

lunes, 28 de marzo de 2022

Un aleteo
se aleja del roble.
Detrás, va la sombra.

lunes, 14 de marzo de 2022

Frágil torpeza.
A mi perra anciana
cedo el paso.

Gotea el grifo.
En la gota que cae
reflejos de sol.

viernes, 11 de marzo de 2022

"La biblioteca de los libros rechazados", David Foenkinos

 

«Los escritores están fatal de la cabeza, todo el mundo lo sabe. Y los que no publican deben de ser peores aún.»

FOENKINOS, David: La biblioteca de los libros rechazados.
México, Alfaguara (Narrativa internacional), 2017, p. 18.

jueves, 10 de marzo de 2022

Fin de jornada
Sacarse los zapatos
sin desatar.

lunes, 7 de febrero de 2022

Ted Chiang. El ciclo de vida de los elementos del Software

 « [...] ¿qué significa intimidad física cuando no existen límites que traspasar?, ¿acaso sería capaz [...] de hacer comprender la vulnerabilidad que supone estar desnudo, y qué le estás comunicando a otro con tu deseo de estar desnudo en su presencia?»


Chiang, Ted. "El ciclo de vida de los elementos del Software", en Exhalación
Sexto Piso, México, 2019.

sábado, 29 de enero de 2022

Cae la noche.
La cocina aún huele
a carne asada.

miércoles, 26 de enero de 2022

Un ala rota.
Agoniza la avispa
lejos del panal.

domingo, 23 de enero de 2022

Pasta el ganado.
Rastrojos apilados
junto al aguaje.

sábado, 15 de enero de 2022

1876 Gore Vidal

La pluma va más despacio... Se detiene. ¿Por qué he de escribir todo esto? Respuesta: hábito. Poner la vida en palabras es hacer tuya la vida, hacer con ella lo que quieres, en vez de que ocurra lo contrario. Las palabras traducen y transmutan la vida en bruto, hacen soportable lo insoportable. Así que, al final, como al principio, sólo existe La Palabra.


VIDAL, Gore:
1876, Barcelona, Grijalbo, 1976,
pp. 523-524.

domingo, 9 de enero de 2022

Cuarto creciente.
Las cuchillas de podar
desafiladas.