De "El canto del pájaro", Anthony de Mello

El discípulo se quejaba constantemente a su maestro:

«No haces más que ocultarme

el secreto último del Zen».

Y se resistía a creer sus negativas.

Un día, el Maestro lo llevó a pasear por el monte.
Mientras andaban, oyeron cantar a un pájaro.


«¿Has oído el canto de ese pájaro?»,
le preguntó el Maestro.

«Sí», respondió el discípulo.
«Bien; ahora ya sabes que
no te he estado ocultando nada».

«Sí», asintió el discípulo.

miércoles, 9 de septiembre de 2020


Calle en obras.
Un diente de león
pisoteado...

martes, 1 de septiembre de 2020

Salvar el fuego, Guillermo Arriaga

 

« [...] ellas no tienen ni la foking idea de cuánto pesan en la vida de ellos, ni cuán cabrón es el deseo de sumergirse en el mundo cálido y suave y dulce que es el cuerpo y el corazón de una morra. Por eso las rolitas de amor hablan de nadar, de bucear, de zambullirse, de empaparse. Las morras como peceras, como albercas, como mares, como ríos, como océanos y hasta como charcos. »

ARRIAGA, Guillermo: Salvar el Fuego.
México, Alfaguara, 2020. p. 557.