De "El canto del pájaro", Anthony de Mello

El discípulo se quejaba constantemente a su maestro:

«No haces más que ocultarme

el secreto último del Zen».

Y se resistía a creer sus negativas.

Un día, el Maestro lo llevó a pasear por el monte.
Mientras andaban, oyeron cantar a un pájaro.


«¿Has oído el canto de ese pájaro?»,
le preguntó el Maestro.

«Sí», respondió el discípulo.
«Bien; ahora ya sabes que
no te he estado ocultando nada».

«Sí», asintió el discípulo.

miércoles, 29 de abril de 2020

planta marchita
sólo quedó su hueco
en la maceta.

lunes, 13 de abril de 2020

Memorias del guerrero Kumagai


«–Y por qué, entonces –preguntó–, ¿estás tan interesado en el aquí y ahora? ¿Y por qué la opinión de los que te rodean cuenta tanto para ti? Son tus compañeros en la vida sólo por cuestión de nacimiento. No son sino peregrinos, lo mismo que tú, en su viaje a la Tierra Pura. ¿Por qué no está libre ya de la forma más común de apego: la reputación?Pensé en eso. […] –Porque –contesté al fin– es todo lo que tengo. Es a través de la opinión de los demás como me formo la opinión de mí mismo, y es a través de su mirado como evalúo mis logros.            –Una respuesta sincera –dijo aquel hombre bueno, torciendo el gesto del modo que le era posible–. Admites lo que la mayoría de los hombres negarían y te ensalzo por ello. Sin embargo, intentaré liberarte de ese apego a la mera reputación terrenal.            –¿Por qué? –pregunté yo.            –Porque es limitador –respondió él–. Tú también eres capaz de convertirte en Buda. Y éste, te lo recordaré, no depende de la opinión de los demás.»

Richie, Donald: Memorias del guerrero Kumagai.
Madrid, Alianza Editorial, 2011, p. 329.