De "El canto del pájaro", Anthony de Mello

El discípulo se quejaba constantemente a su maestro:

«No haces más que ocultarme

el secreto último del Zen».

Y se resistía a creer sus negativas.

Un día, el Maestro lo llevó a pasear por el monte.
Mientras andaban, oyeron cantar a un pájaro.


«¿Has oído el canto de ese pájaro?»,
le preguntó el Maestro.

«Sí», respondió el discípulo.
«Bien; ahora ya sabes que
no te he estado ocultando nada».

«Sí», asintió el discípulo.

viernes, 29 de junio de 2018

Petrovic, Goran: La mano de la buena fortuna

« En otra ocasión vi a una persona con guantes de hilo beige y una pamela parecida a la suya, con un vestido de seda cruda […] junto al gran río que atravesaba el valle; me apresuré, no encontré a nadie, pero la corriente aún no se había llevado la imagen del agua junto a la orilla: me agaché, tomé el reflejo con mis dos manos juntas y sumergí mi rostro en la imagen de Natalia Dimitrijevic, con mi mejilla pegada a la suya, hasta que me atraganté. »

Petrovic, Goran: La mano de la buena fortuna.
Madrid, Sexto Piso, 2006, p. 277.

Amanecen
cubiertas de rocío
las ramas mustias.

miércoles, 27 de junio de 2018

Cuerpo al sol
las pezuñas quedaron
en un charquito.


martes, 26 de junio de 2018

Sale del comal
olor a quemadito
de la tortilla
:P

domingo, 24 de junio de 2018

Vaya dilema
¿es sólida o líquida
esa espuma?

Tapa arrugada
cicatrices del libro
tan estimado.

martes, 19 de junio de 2018

abandonada
la telaraña rota
atrapa bichos

jueves, 14 de junio de 2018

La mano de la buena fortuna, Goran Petrovic


« En su mente, Adam abordaba el lugar del cambio exigido desde varios ángulos, evaluaba la intervención final y lo que iba a pasar con las frases aledañas. Al fin, decidió dónde y cómo intervenir, clavó la punta de su lápiz como si fuera escalpelo, más precisamente la clavó como si fuera una azada, en la mera raíz de la descripción, empezó a tachar, a cambiar el orden de las palabras, a permutar las oraciones, agregó una conjunción, arrancó toda una imagen y, finalmente, juntó dos párrafos. Estaba todo sudoroso, desagradablemente sudoroso a causa de su conciencia intranquila, la pérgola con las rosas tardías había desaparecido como si jamás hubiera existido, la herida apenas se notaba, […] »
 
Petrovic, Goran: La mano de la buena fortuna.
Madrid, 2006. Sexto Piso. p. 73.

lunes, 4 de junio de 2018

Tiempo de lluvias
reaparece el salitre
de la pared.

sábado, 2 de junio de 2018

Café y postre.
Aún huele a mostaza
la servilleta.