De "El canto del pájaro", Anthony de Mello

El discípulo se quejaba constantemente a su maestro:

«No haces más que ocultarme

el secreto último del Zen».

Y se resistía a creer sus negativas.

Un día, el Maestro lo llevó a pasear por el monte.
Mientras andaban, oyeron cantar a un pájaro.


«¿Has oído el canto de ese pájaro?»,
le preguntó el Maestro.

«Sí», respondió el discípulo.
«Bien; ahora ya sabes que
no te he estado ocultando nada».

«Sí», asintió el discípulo.

lunes, 16 de octubre de 2017

Auto de fe, Elias Canetti

« “No me queda más remedio”, dijo y se metió bajo un portón; echó un vistazo alrededor —nadie lo observaba— y sacó una libreta larga y angosta de su bolsillo. En la portada se leía, escrita en letras altas y angulosas, la palabra: E S T U P I D E C E S. Su mirada se detuvo un instante en el título. Luego pasó unas cuantas hojas: más de la mitad de la libreta estaba escrita. En ella iba anotando cuanto quería olvidar. Empezaba con la fecha, la hora y el lugar, al que seguía el incidente destinado a ilustrar la estupidez humana con un nuevo ejemplo. Una cita apropiada, siempre nueva, servía de conclusión. Nunca leía su colección de estupideces; una ojeada a la cubierta le bastaba. Pensaba editarla años más tarde […] »
Canetti, Elías: Auto de fe.

Barcelona, Plaza y Janés, 1982, p. 20.

jueves, 12 de octubre de 2017

Niño de brazos.
Su madre le señala
el arco iris