Aún en la mano
el peso del ave
que murió ayer.
espacio irreverente,
desorganizado e indisciplinado
para perder el estrés...
En construcción, disculpe las molestias.
Mientras, tome usted media taza de café.
El discípulo se quejaba constantemente a su maestro:
«No haces más que ocultarme
el secreto último del Zen».
Y se resistía a creer sus negativas.
Un día, el Maestro lo llevó a pasear por el monte.
Mientras andaban, oyeron cantar a un pájaro.
«¿Has oído el canto de ese pájaro?»,
le preguntó el Maestro.
«Sí», respondió el discípulo.
«Bien; ahora ya sabes que
no te he estado ocultando nada».
«Sí», asintió el discípulo.
Aún en la mano
el peso del ave
que murió ayer.
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10:21 a.m.
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Etiquetas: haiku
Suave preludio
la brisa de tu aliento
sobre mis labios.
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Etiquetas: haiku
"[...] nunca tengo ganas de hablar del cuadro que estoy pintando, aunque en realidad tampoco de los cuadros que ya he acabado, cuando el cuadro está acabado dice lo que el cuadro puede decir, ni más ni menos, a su manera callada el cuadro dice lo que se puede decir, y si no está acabado no se puede expresar con palabras cómo va ser el cuadro, lo que va a decir, [...]"
FOSSE, Jon: Septología.
México, Seix Barral (Deconatus), 2023, p. 116.
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Etiquetas: Antologías
«¡Oh, prodigio maravilloso:
Puedo cortar madera
y sacar agua del pozo!»,
exclamó el Maestro de Zen cuando alcanzó la iluminación
Lo he comprendido al fin:
oigo un canto: veo una flor:
¡oh, que jamás se marchiten!
Netzahualcóyotl
Rey Texcocano, Siglo XV