LES platico que estaba en un restaurante; en eso se acerca un empleado a retirar los platos, y que me llega un aroma muy agradable..
y lo primero que pensé fue: '¿de dónde saca un garrotero para una colonia tan fina?'.
O sea, afloró ese yo clasista que creía tan erradicado...
Y que me siento cucaracha. Ni cuando sale a la luz ese pequeño camisa negra que todos llevamos dentro me regaño tan feo.
Tengo mucho camino aún por delante para quitarme muchas telarañas mentales.
* por cierto, nunca me había percatado de que el personal de los restaurantes no huele a nada. ¿Habrá alguna política para prohibirles el uso de perfumes que distraigan del olor de los platillos?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario