De "El canto del pájaro", Anthony de Mello

El discípulo se quejaba constantemente a su maestro:

«No haces más que ocultarme

el secreto último del Zen».

Y se resistía a creer sus negativas.

Un día, el Maestro lo llevó a pasear por el monte.
Mientras andaban, oyeron cantar a un pájaro.


«¿Has oído el canto de ese pájaro?»,
le preguntó el Maestro.

«Sí», respondió el discípulo.
«Bien; ahora ya sabes que
no te he estado ocultando nada».

«Sí», asintió el discípulo.

sábado, 26 de febrero de 2011

PURA VIDA


Dicen que los viajes ilustran.

Anoto algunas de las cosas que aprendí durante unos días deliciosos en Costa Rica, aparte de cómo usar el concepto de “¡Pura Vida!” tan costarricense.

1. En un país sin ejército, se siente uno muchísimo más seguro que en México. Con toda confianza se puede andar bobeando por las calles o carreteras sin temor a ser desvalijado o al narcobloqueo. Sí, lo digo con toda la envidia –de la buena– del mundo.

2. A diferencia de México, donde cada vez importamos más y más alimentos que no somos capaces de producir, en Costa Rica practican una política de protección al medio ambiente que les garantiza la conservación de los recursos para las futuras generaciones:
Destinan la cuarta parte de su territorio como áreas protegidas y parques nacionales (y de veras que las cuidan y respetan). Aún así, son autosuficientes en materia alimentaria y se dan el lujo de exportar los productos, tanto alimentos como plantas de ornato y maderas, de una agroindustria eficiente que no depreda el medio ambiente.
Al recorrer las carreteras, sin basura tirada en las cunetas, no se ven zonas erosionadas, sino campos cultivados y agostaderos fertilísimos que se alternan con zonas marcadas de medio ambiente protegido.

3. Tienen una industria turística estupenda y organizada que es la primera actividad económica del país. Le sacan todo el partido posible a la gran cantidad de atractivos, naturales y culturales, basándose en una mentalidad que ve al turismo como recurso renovable, a partir de personal muy bien capacitado, instalaciones de primera, cuidadas y limpias, transportes eficientes… igualito que acá… –nótese el sarcasmo–.

4. A diferencia de México, donde nos conformamos con el recurso fácil de las piezas arqueológicas grandotas y espectaculares para llenar los museos, los costarricenses recurren a una museografía ágil y novedosa con la que las visitas a las salas de exposición se vuelven una experiencia muy placentera.

Como estuve pocos días, cualquier impresión sobre la vida cotidiana sería apresurada y sin sustento, más si se desconoce por completo las sutilezas de la vida política, pero en general los ticos me parecieron muy amables y con un sano orgullo de su país, cultura e historia, gente que no se complica innecesariamente las cosas.
Es cierto que hay problemas sociales que se ven al caminar por las calles, aunque las dificultades que ellos describen en las pláticas no nos parecieron tan tremendos como los describen.

Me faltó tiempo –y estómago– para probar tantas frutas que no conocía. En especial me quedé con las ganas de probar los pejivalles que se veían tan ricos, pero después de pasar las tardes visitando “sodas” (pequeños expendios de café y comida ligera) probando variedad de queques (pasteles), nacatamales y otras delicias era imposible salir a seguir comiendo la increíble variedad de frutas que venden en los quioscos en las esquinas.

Y como dicen que una imagen vale más que mil palabras, les comparto algunas de las miles (sin exagerar) fotos que tomamos en nuestra corta estancia.

Platillos típicos de Costa Rica: Casado con chuleta. ¡Rico! ;P

arquitectura en San José. Lástima que no se aprecian los loritos que estaban echando relajo en el frontis.

Una pequeña muestra de la gran variedad de frutas que se expenden por todos lados.

Isla Tortuga, Golfo de Nicoya.

Acercándonos al volcán Arenal.

Teleférico en el bosque lluvioso.Parque Nacional "Braulio Carrillo".

Metate ceremonial. Museo del Jade. San José de Costa Rica

Una de las decenas de albercas de aguas termales del balneario "Baldí", al pie del volcán Arenal.

8 comentarios:

Jabo dijo...

Hola Aaron: tuve la suerte de dar con tu blog. Lei cosas y me gustaron.
Sabes,en 2009 visité Costa Rica y vine enamorado de ese pais, de cómo cuidan y protegen su naturaleza, y del caracter de los ticos.
Abrazo. Jabo

Ligia dijo...

No conozco el país, pero según cuentas y según veo en las fotos, merece la pena visitarlo. Abrazos

Marisol Cragg de Mark dijo...

Sin lugar a dudas, fué una hermosa experiencia el haber estado en Costa Rica.

Clarice Baricco dijo...

Qué lindo lo que nos cuentas. Desde hace mucho tengo ganas de ir. Ojalá algún día.
Cuando estaba en la prepa, llegó un chico de allá y después volvió y me trajo una carreta típica que me duró muchos años. Aún la recuerdo.
Todas tus fotos se antojan.
Abrazos.
G

Anónimo dijo...

Penelope:

Que chevere verte disfrutando de todo lo "tico" .

Carinhos.

Anónimo dijo...

que fotos, más BONITAS. En el dialogo del maestro Zen, quizas puedas sacarme de una duda, en alguna de sus enseñanzas habla de temer al hombre de paja. por más que busco esa información... no encuentro respuestas, ¿sabes lo que significa? vuelvo pronto.

jimeneydas dijo...

Lo siento, Kea, nunca había escuchado nada al respecto... pero hablando de hombres de paja y espantapájaros, ve esta entrada: http://jimeneydas.blogspot.com/2008/08/el-espantapjaros.html

sqa dijo...

Hola Aaron, me gustó mucho tu rincón amansa locos. Creo que vendré a menudo a amansar mi ánimo.
Un abrazo