De "El canto del pájaro", Anthony de Mello

El discípulo se quejaba constantemente a su maestro:

«No haces más que ocultarme

el secreto último del Zen».

Y se resistía a creer sus negativas.

Un día, el Maestro lo llevó a pasear por el monte.
Mientras andaban, oyeron cantar a un pájaro.


«¿Has oído el canto de ese pájaro?»,
le preguntó el Maestro.

«Sí», respondió el discípulo.
«Bien; ahora ya sabes que
no te he estado ocultando nada».

«Sí», asintió el discípulo.

lunes, 8 de abril de 2013

cuentuito

Para mejorar los males del mundo, desprendió las buenas intenciones del camino al infierno, las restauró con barniz de utilidad. Con ellas construyó una casita como la de la Bruja de Hansel y Gretel para que quien quisiera se las llevara... nadie acudió.

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