De "El canto del pájaro", Anthony de Mello

El discípulo se quejaba constantemente a su maestro:

«No haces más que ocultarme

el secreto último del Zen».

Y se resistía a creer sus negativas.

Un día, el Maestro lo llevó a pasear por el monte.
Mientras andaban, oyeron cantar a un pájaro.


«¿Has oído el canto de ese pájaro?»,
le preguntó el Maestro.

«Sí», respondió el discípulo.
«Bien; ahora ya sabes que
no te he estado ocultando nada».

«Sí», asintió el discípulo.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Duro presagio.
Una familia se muda
en Navidad...

miércoles, 19 de diciembre de 2012

de Julio Verne...



“Al escribir este relato, siento intensamente lo inadecuado de la pluma y la tinta… y sobre todo, mi propia deficiencia para expresar su calidad. Usted lee, supongo, con la suficiente atención, pero no puede ver el rostro blanco y sincero del narrador en el círculo brillante que proyectaba la pequeña lámpara, ni escuchar la entonación de su voz. ¡No puede saber la forma en la que su expresión seguía los cambios en su historia¡ […]”

Julio Verne, “El viajero del tiempo”
en La máquina del tiempo

miércoles, 12 de diciembre de 2012

"En silencio", Alfonsina Storni


Alfonsina Storni,
"En silencio"


Cerradas las puertas aguardo en silencio.
Entrará el primero que sepa llamarme,
cerradas las puertas...
            ¡Abre!

Aguardo dos manos que no matan pájaros.
Si llegan, la puerta se abrirá sin llave.
¿Eres tú quien pasa?
            No pierdas la hora,
            ¡Abre¡

Huye, si las manos
tuviste algún día manchadas de sangre;
cansarás ganzúas y músculos firmes;
llavero, no sirve tu llave,
no insistas,
            No abre...

¿Conoces la puerta? De rosas azules
la tejió Esperanza
            –La esperanza es grave–.
Si sabes que importa cegar sus pupilas.
            Abre...

Éste es el momento.
Yo te daré todo cuanto pueda darte;
mi corazón tiene dos alas sin dueño;
mírame hacia dentro...
            Abre...

Hallarás un tibio momento de sueño,
Bellamente suave,
Tan fino que acaso matarlo pudiera
La puerta que ahora, Dios mío,
            se abre.

Oh, no des un paso, llavero, suspende...
Es verdad que aguardo temblando me llames...
¡Llavero... llavero..., no muevas la llave!

"¿Alguna vez has tenido una sensación de que estás a punto de hacer algo realmente estúpido y una vocecilla te susurra: 'Estás a punto de hacer algo realmente estúpido, ¿no es cierto? Anda pues, Hazlo'. Así que levanté otra vez el perol, sombrero, casco aquel y lo miré; toqué su interior, y no sentí nada; acerqué la parte de afuera a mi oído, y no escuché nada; escuché a mi voz interior de advertencia, no le hice caso y me puse la cosa en la cabeza".

Stephen James, "Las bitácoras de Cycap en:

Historias clásicas de la ciencia ficción, México, SilverDolphin Editions,
2012, p. 107.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Comiendo sobras...
la ropa del vagabundo
deshilachada


en realidad, lo correcto, gramatical y métricamente, hubiera sido decir:
 
"Está raída
la ropa del mendigo
que come sobras."

pero así no me gusta...

lunes, 3 de diciembre de 2012

Un niño ríe / y contra el cielo azul / un globo suelto.