De "El canto del pájaro", Anthony de Mello

El discípulo se quejaba constantemente a su maestro:

«No haces más que ocultarme

el secreto último del Zen».

Y se resistía a creer sus negativas.

Un día, el Maestro lo llevó a pasear por el monte.
Mientras andaban, oyeron cantar a un pájaro.


«¿Has oído el canto de ese pájaro?»,
le preguntó el Maestro.

«Sí», respondió el discípulo.
«Bien; ahora ya sabes que
no te he estado ocultando nada».

«Sí», asintió el discípulo.

jueves, 26 de abril de 2018

Espera a ver, Edith Pearlman


«Entonces la besó, y ella le acarició la cadera con la rodilla, gesto que no puede efectuarse si ambos participantes no están acostados de lado y frente a frente. Y estaban acostados de lado y frente a frente —con Lyle en el colegio— y por tanto la caricia imposible en otras circunstancias ahora sí era posible, probable, necesaria, inevitable, aunque quién habría querido evitar el profundo estremecimiento que ambos sintieron cuando se saludaron sus articulaciones. Luego, Marcus entró en aquella encantadora mujer.»

Pearlman, Edith: “Espera a ver”, en Miel del desierto.
México, 1917, Alianza Editorial (alianza de novelas), p. 227.

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