De "El canto del pájaro", Anthony de Mello

El discípulo se quejaba constantemente a su maestro:

«No haces más que ocultarme

el secreto último del Zen».

Y se resistía a creer sus negativas.

Un día, el Maestro lo llevó a pasear por el monte.
Mientras andaban, oyeron cantar a un pájaro.


«¿Has oído el canto de ese pájaro?»,
le preguntó el Maestro.

«Sí», respondió el discípulo.
«Bien; ahora ya sabes que
no te he estado ocultando nada».

«Sí», asintió el discípulo.

martes, 29 de mayo de 2018

Kaiser, Vea: Los héroes felices


« Eleni le explicó que era una chica de la alta montaña que no estaba hecha para meterse en una jaula y volar más alto que los pájaros. Pasado el aterrizaje, las que pidieron a gritos el cigarrito para tranquilizarse fueron las incontables noches de soledad […] entonces se fumaba un cigarrillo. Y así se fumaba también las lágrimas y la añoranza. Se fumaba la desesperación y el anhelo. Eleni echaba mucho de menos a Aspasia. Echaba de menos el sentimiento de hogar. Pero las heroínas no lloraban. Las heroínas, a lo sumo, fumaban. »

Kaiser, Vea: Los héroes felices.
México, 2016, Alianza Editorial (Alianza de novelas), p. 229.

No hay comentarios.: