« La fascinación que sentía Eleni por aquellos mamotretos gordísimos e incomprensibles era todo un misterio para Lefti. Con lo temperamental que era la chica…, incapaz de quedarse sentada quieta cuando uno quería hablar con ella, siempre brincando de un lado para otro y cambiando de tema sin cesar. Durante tres años, había ido a la estricta escuela femenina del valle, donde el principal objetivo era preparar a las chicas para las tareas del hogar, pero donde ella no había aprendido nada excepto a elaborar sus respuestas con más gracia y mejor retórica para llevar la contraria a los mayores. Tal y como Lefti esperaba, llego un momento en que le expulsaron. »
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