un perro anciano ve
andar al amo
espacio irreverente,
desorganizado e indisciplinado
para perder el estrés...
En construcción, disculpe las molestias.
Mientras, tome usted media taza de café.
El discípulo se quejaba constantemente a su maestro:
«No haces más que ocultarme
el secreto último del Zen».
Y se resistía a creer sus negativas.
Un día, el Maestro lo llevó a pasear por el monte.
Mientras andaban, oyeron cantar a un pájaro.
«¿Has oído el canto de ese pájaro?»,
le preguntó el Maestro.
«Sí», respondió el discípulo.
«Bien; ahora ya sabes que
no te he estado ocultando nada».
«Sí», asintió el discípulo.
Publicadas por jimeneydas a la/s 12:17 p.m.
Etiquetas: haiku, haiku perruno
«¡Oh, prodigio maravilloso:
Puedo cortar madera
y sacar agua del pozo!»,
exclamó el Maestro de Zen cuando alcanzó la iluminación
Lo he comprendido al fin:
oigo un canto: veo una flor:
¡oh, que jamás se marchiten!
Netzahualcóyotl
Rey Texcocano, Siglo XV
5 comentarios:
Paradojas de la vida...
Abrazos
¡Qué triste! Nico, el pastor alemán en casa de mi abuelita, ya está viejito y no pude hacer más que sacarlo a pasear. Uno nunca sabe: a la de menos se muere pronto y siempre me quedará en la conciencia que no lo llevé a dar su último paseo. Leerte me hizo pensar en él de inmediato ToT
Así es, menos mal que aun puede ver con sus ojitos, porque que lástima llegar a viejo y no poder disfrutar de lo que nos rodea.
Y es asi... los perros son tan compañeros... hasta al final
¡Oh! Sentí horrible leer tan hermoso verso.
Es contradictorio, pero sé que me entiendes.
Abrazos.
Graciela
Publicar un comentario