De "El canto del pájaro", Anthony de Mello

El discípulo se quejaba constantemente a su maestro:

«No haces más que ocultarme

el secreto último del Zen».

Y se resistía a creer sus negativas.

Un día, el Maestro lo llevó a pasear por el monte.
Mientras andaban, oyeron cantar a un pájaro.


«¿Has oído el canto de ese pájaro?»,
le preguntó el Maestro.

«Sí», respondió el discípulo.
«Bien; ahora ya sabes que
no te he estado ocultando nada».

«Sí», asintió el discípulo.

jueves, 26 de noviembre de 2009

reloj público
pasan los colegiales
apresurados




7 comentarios:

Marisol Cragg de Mark dijo...

PAreciera un Haiku, ¿verdad?
Como se deshace el tiempo entre las manos no sólo de los colegiales, sino de todos.
Cordiales saludos berlineses.

Karla dijo...

soy una víctima-obsesionada del tiempo. Me ha encantado.

Saludos.

Taller Literario Kapasulino dijo...

El tiempo pasa tan rápido para todos, pero es verdad que la adolescencia pasa rapidísimo sin que uno se de cuenta.

Zarela Pacheco Abarca dijo...

Siempre en la misma los de allá de tu país y los de acá de mi país....ojo soy la visitante 6001...jajajaj

Helena Luna dijo...

Es una foto verdaderamente original, una forma de retratar con imágenes lo que a veces casi ni se puede describir con palabras: el tiempo que se escurre.


Muchas gracias por tus ideas iluminadoras: pásate por mi blog y verás sus frutos.
Gracias otra vez. Besazos grandes.
Lena

misticaluz dijo...

buen relato!! Siempre un placer pasar a visitarte!!

Recibe un relajante y cálido abrazo

Beatriz

Carmen María dijo...

Hoy pensé en un reloj tan pequeño que no es posible pedirle que de la hora: diminuto, le dicen. :P